17 jul 2012

La huella de Carbono. La necesidad de contaminar

La huella de carbono es una herramienta muy útil ya que cada persona puede saber con precisión en qué medida es responsable del calentamiento global del planeta. Puede conocer cual es la emisión de gases de efecto invernadero que conlleva una determinada actividad o el consumo de un determinado producto en su vida cotidiana.


Parece que contaminamos con casi cualquier acción que llevemos a cabo, ¿sabías que hacer una búsqueda en Google suponen más o menos 4 gramos de CO2 que van a la atmósfera?. Esto significa que se emiten unas 3 millones de toneladas anuales en el País Vasco si todos sus habitantes entran una vez diaria en Google. No obstante, tampoco nos tenemos que dejar llevar por este dato tan “llamativo” ya que la comunicación de datos es lo que nos permite conocer y así poder mejorar lo que tenemos. Por ejemplo, las industrias vascas que emiten cerca del 25 % del total de gases de efecto invernadero de Euskadi emiten 5 millones de toneladas al año.

Se trata de un concepto creado para determinar qué efecto perjudicial para el medio ambiente tiene una actividad o un producto en todas las etapas de su ciclo de vida desde su producción incluyendo su uso y terminando en su deshecho final. Así, se determina la cantidad de gases a partir del CO2 equivalente a partir de estimaciones teóricas. El cálculo de la huella de carbono (HC) está regulado a través de estándares y normas como son ISO 14064:2006, GHG Protocol, PAS 2050 y PAS 2060.

Además, la huella de carbono resulta muy ultil ya que su determinación implica identificar todas las fuentes de emisión de estos gases contaminantes y así hacer una evaluación de las posibles acciones a llevar a cabo para reducir el impacto ambiental.


Otros ejemplos de huella de carbono:
- Una hamburguesa con queso: entre 1 y 5 kg de CO2
- 100 km en un Renault Clio: 20 kg de CO2
- Una camiseta de algodón: 2.5 kg de CO2