20 sept 2012

CORTA VIDA DEL OZONO

Una de las ventajas principales del empleo de ozono como agente desinfectante y eliminador de olores es su inestabilidad. El ozono tiende a desaparecer rápidamente con lo que no afecta al ambiente tratado una vez eliminado el problema de contaminación.

La velocidad de desaparición de las especies químicas se suele medir a traves de lo que se denomina vida media. Esta vida media sirve para hacernos una idea aproximada de la persistencia de los compuestos y también para llevar a cabo comparaciones entre ellos. Según su definición, el tiempo de vida medio indica el tiempo necesario para que la concentración de un compuesto disminuya un 50 % respecto de la inicial. En el caso del ozono esta vida media se halla en torno a los 30 minutos según la mayoría de las fuentes. Esto significa que el ozono se reduce a la mitad tras 30 minutos desde su aplicación. No obstante, es necesario tener en cuenta la concentración inicial ya que una reducción del 50 % puede no ser suficiente si el tratamiento es con concentraciones muy elevadas de ozono.


 La desaparición del ozono se debe a su descomposición, es decir, a su transformación o reacción con otras especies.  Es por ello por lo que en esta desaparición tienen una influencia muy significativa las especies presentes en el entorno y su susceptibilidad para oxidarse, la humedad, la velocidad del flujo de aire y la temperatura. Todas estas variables influyen considerablemente en el tratamiento y en la descomposición del ozono.

Por ejemplo, el grado de contaminación a eliminar (es decir, el contenido de especies que se deben oxidar por acción del ozono) es un factor que puede comprobarse en tratamientos de choque con ozono en los que al principio la concentración de ozono es baja, al reaccionar con esos contaminantes convirtiéndose en oxígeno, y despúes aumenta al haber menos especies que desinfectar o debido al hecho de que las especies que quedan (no contaminates) sean más resistentes a la oxidación.